Cómo localizar a un infractor de derechos de propiedad intelectual en 10 pasos

Durante estos diez años, en Safe Creative hemos visto un poco de todo en relación a infracciones de derechos de autor.

Al compartir contenidos en Internet, está claro que disponer de la sólida evidencia tecnológica que ofrece Safe Creative es fundamental y nos da paz mental. Pero cuando se detecta una infracción de derechos de autor, surge una dificultad importante: 

¿Cómo saber quién es el (presunto) infractor?

Aunque averiguar la identidad de un infractor debería ser fácil, no lo es tanto. Hace poco tuve que localizar a varias personas para pedirles la retirada de una obra que yo había tenido que quitar del mercado. Creo que mi experiencia para localizarles puede resultarte útil, aunque en este caso concreto el uso de las fotos no fuera una infracción.

Del total de páginas web que contacté, más o menos el 50% se resistieron a identificar a un interlocutor. Algunas solicitudes fueron todo un reto y, como podrás imaginar, a algunos no los pude localizar.

Antes de empezar es importante saber cómo debería ser el texto para solicitar la retirada de una obra o informar de una posible infracción. Nuestra recomendación es que siempre sea cortés y correcto, sin insultar pero dejando claro qué derechos nos asisten, y que nos reservamos el poder tomar otras medidas legales si fuera necesario. En todo caso siempre deberíamos buscar consejo legal.

Los siguientes consejos van desde el caso más sencillo de localizar al más complicado.

1. Busca un correo de contacto.

Éste sería el caso ideal y más sencillo. Es posible que ya en el artículo, o en el apartado de contacto de la página web, aparezca el nombre de quien ha publicado el contenido y su dirección de e-mail.

Hay que tener en cuenta que debido a los spammers muchas páginas ocultan o dificultan llegar a los correos electrónicos, pero conviene buscar. A veces, el correo aparece con un “(at)” en lugar de la arroba (@), por ejemplo.

Consejo extra: Lo bueno de tener un correo y nombre a quien dirigirnos es que podemos usar el sistema de notificaciones de Safe Creative. Este sistema envía el correo electrónico utilizando la tecnología de certificación de Safe Stamper, para que dispongas de una prueba de la comunicación y el requerimiento que has realizado.

2. Busca un formulario de contacto.

Si no hay una dirección de correo es frecuente que al menos haya un formulario de contacto. Suele estar en el apartado de la web llamado “Contacto” / “Contact”, o en “Sobre la web” / “About”.

Estos formularios de contacto son cómodos, pero es más complicado certificar que se ha enviado la comunicación. Algunos enviarán acuse de recibo a tu dirección de e-mail, pero en general es difícil poder demostrar luego que se solicitó la retirada del contenido.

Consejo extra: Si la cuestión es crítica, puedes enviar la notificación desde una navegación certificada de Safe Stamper. 

3. Contacta a través de redes sociales.

Una tercera forma de contactar con una web es a través de sus perfiles en redes sociales, como Facebook, Twitter o LinkedIn, que seguramente aparecerán anunciados en su web. En este caso la comunicación es algo más incierta, pero suele funcionar.

De nuevo, si la situación fuese crítica, recomendamos hacer una grabación certificada de las solicitudes hechas.

4. Envía un aviso de DMCA.

Muchas webs, sobre todo las que funcionan desde EEUU, disponen de un procedimiento de DMCA (Digital Millenium Copyright Act en inglés, o “Ley de Derechos de Autor para Medios Digitales en el Nuevo Milenio” en español) , para cumplir con los requisitos de la ley estadounidense de derechos de autor.

Los avisos de DMCA son un procedimiento estándar que permite al propietario de los derechos de autor, o un agente que actúe en su nombre, identificar su propiedad y hacer un requerimiento formal ante una infracción.

5. Entra en la página de “Condiciones Legales”.

A veces la información de contacto no está en el sitio más evidente. Busca la página de “Condiciones Legales” de la web, ya que en el texto a veces aparecen correos, nombres, o enlaces de contacto.

6. Entra en la página de “Copyright”.

Es posible que haya una página dentro de la web dedicada a temas de derechos de autor. Puede tener diferentes nombres. Si la encontramos, dentro suele aparecer el formulario DMCA, o información de contacto.

7. Busca el sitemap.

Cuando no hay ni nombre, ni correo, ni formulario, ni redes sociales, ni formulario DMCA, la cosa se complica.

Lo primero que puedes intentar hacer es buscar el “sitemap”; es decir, el mapa del sitio web. Se trata de una especie de directorio organizativo dentro del cual, a veces, uno encuentra una página con un correo o información de contacto. Es como el índice del contenido del web, y utiliza una serie de etiquetas estándar para ordenar todas las páginas que contiene. Se utiliza sobre todo para ayudar a buscadores a entender mejor la web, a saber dónde está la información y moverse con más agilidad dentro de ella, lo cual mejora el posicionamiento en resultados de búsqueda.

El enlace al mapa del sitio suele aparecer o en la parte superior de la web o en el pie de página. No siempre hay uno, pero es frecuente en webs de tipo corporativo, con muchas opciones y de navegación complicada.

8. Googlea nombres y busca por redes sociales.

Cuando todo lo demás falla, empezamos a jugar a ser Sherlock Holmes. Hay que seguir buscando. Sabiendo el nombre o apodo del autor del artículo, o del webmaster, o sólo el nombre de la web, podemos buscar perfiles relacionados en redes sociales.

Podemos empezar por LinkedIn, para averiguar quién trabaja en esa página web. Si el apodo del autor, editor o webmaster es original, tal vez lo encontremos en Twitter o en Facebook.

9. Entra en Whois.com.

Cuando todo lo demás falle, prueba a usar Whois. Este servicio gratuito consulta un dominio de Internet y nos dice quién ha registrado ese nombre de dominio, a veces con datos de contacto.

No obstante, por lo general la información real de la persona no aparece, o está oculta por un servicio de hosting. Esto sucede porque los spammers solían usar estos servicios para acumular correos de forma masiva.

Consejo extra: Mejor por correo que por teléfono.

Si encuentras un teléfono de contacto, solicita que te den un correo de contacto o similar. No solicites la retirada del contenido sólo por teléfono. Por correo electrónico es más sencillo certificar el envío y tener una prueba de que la solicitud se hizo en determinada fecha.

10. Contacta con el servicio de hosting.

Aunque en Whois no aparezcan los datos reales de la persona que registró el dominio, es probable que al menos sí salga el servicio de alojamiento de la web, o el servicio que está ocultado los datos.

Es una medida ya casi desesperada, pero podemos contactar con esa empresa e informarles del problema, para que ellos reenvíen nuestra solicitud a los titulares. Está claro que no te darán el nombre del titular, por cuestiones de protección de datos, pero puedes intentarlo. Por experiencia propia puedo decir que a veces funciona.

Extra: 11. Solicita ayuda profesional.

Por último, si todo esto falla, un abogado te puede ayudar. También existen servicios especializados en retirada de contenidos con los que puedes contactar, y en última instancia se puede recurrir a la policía dedicada a delitos telemáticos. No obstante, vale la pena agotar primero las vías amistosas.

Es posible que existan más trucos. Si conoces alguno o has hecho algo diferente para localizar a infractores, no dudes en compartir tu experiencia en los comentarios. Será muy interesante conocer otras posibilidades y añadirlas a la lista.

Foto de portada: por Craig Whitehead vía Unsplash.